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Foto del escritorLUIS MIGUEL MIÑARRO

Jaén, levántate brava


Miguel está de luna de miel y está en Jaén, ya es bien entrado marzo; una estancia intensa y agitada, con una dulzura que apenas saborea cuando ya termina por la falta de Josefina. Cubre su misión como comisario político y animador cultural, escribe y dirige el periódico Frente Sur, editado por Altavoz del Frente de Jaén.


Es Jaén, la pedregosa ciudad, graciosa, lunar y solar a un tiempo, [que vive] de espaldas a la guerra de su pueblo, de su patria, contra los que la invaden y la inundan con pólvora de traición y asesinato.[i] En el número uno del periódico acaba de publicar su poema Aceituneros, [ii]con cuyas coplillas intenta imbuir espíritu revolucionario a una población que todavía, desde la retaguardia, no es consciente de la situación en la que se vive.

“Solamente sienten la guerra, porque las existencias de tabaco son llevadas preferentemente a los soldados que combaten y ellos sienten alguna escasez”[iii]


El golpe no ha triunfado en Jaén y en la Guardia Civil cunde el desconcierto entre leales y sublevados. Algunos dejan sus puestos para concentrarse en los cuarteles de Jaén, Linares, Úbeda, Andújar, Martos y Villacarrillo; otros, junto a sus familias y algunos falangistas van llegando hasta la sierra de Andújar, su refugio es la ermita santuario de Santa María de la Cabeza, todo un símbolo de la religiosidad afecta al alzamiento que han dispuesto defender y que goza de una posición estratégica privilegiada.


El santuario también se ha convertido en atributo de los que empeñan sangre y juventudes frente a esa autoridad con rasgos de traidora[iv], que allí sublevada se ha concertado.

La guerra, como dice Miguel, “el gran acontecimiento, desnuda a los pueblos y pone de manifiesto, a su violento resplandor, la extensión, el color, la naturaleza de cada alma” [v] y muestra su rostro más feroz en forma de furia desordenada sobre la ciudad que yace indiferente, como dormida. “Jaén es bombardeada: la trilita sacude y revienta hasta las piedras más profundas de la ciudad, … La cal y los ojos de Jaén se humedecen.”[vi]


Es un aldabonazo que acelera un asedio pendiente. Más armamento, más hombres, más muertos. Miguel está presente en el asalto final. No es periodista como él mismo reconoce, pero escribe en el periódico la prosa de la poesía que ve y siente en lo más hondo de esta guerra, desde los “campos donde la verdad habla a balazos”:


“En medio de truenos y explosiones gritábamos con todo el pecho, y una voz más poderosa que la de los cielos y la tierra se clavaba [vii]en nuestras orejas.

-          ¡Adelante el ejército del pueblo! ¡Adelante!”


Hay tragedia, pero también nobleza y emoción en los hechos y en el relato: “pude comprobar en aquellos momentos la grandeza del corazón popular, ni un insulto ni una ofensa salió de la boca de los soldados, que ayudaban a curar a los heridos, y sentaban a los niños sobre sus hombros.[viii]Al fin y al cabo, unos y otros son hermanos, son el mismo pueblo.


Queda espacio  para restaurarnos del dolor y dejarnos el sabor de la ternura en el pasaje “El niño ingeniero y el soldado enamoradizo”, porque “ni la niñez ni el amor conocen enemigos, y yo me siento pequeño junto a este niño salvado, como mi compañero ha debido sentirse herido con una herida que no podrán dibujar nunca las municiones.”


El primero de mayo, Miguel y su compañero y amigo, Herrera Petere, celebrarán por las calles de Jaén la toma de La Cabeza, reivindicarán a jornaleros y niños yunteros y cantarán a voz en grito:

“Andaluces de Jaén,

aceituneros altivos,

pregunta mi alma: ¿de quién,

de quién son estos olivos?

 

Jaén, levántate brava,

sobre tus piedras lunares,

no vayas a ser esclava

con todos tus olivares.”[ix]

 

Por el siete, la carta que ansioso espera le anuncia que va a ser padre de su primer hijo, y escribirá: “He poblado tu vientre de amor y sementera, he prolongado el eco de sangre a que respondo”.[x]




 

[i] En el artículo “La ciudad bombardeada”. Artículo publicado en el número 7 de Frente Sur, publicado el 11 de abril de 1937.

[ii] En el número 1 de Frente Sur, publicado el 21 de marzo de 1937.

[iii] En su escrito “La vida en la retaguardia”, publicado en el número 9 de Frente Sur, el 18 de abril de 1937, firmado desde La Carolina con el seudónimo de Miguel López.

[iv] Autoridad así descrita en “Los traidores del santuario de La Cabeza”. Publicado en el número 15 de Frente Sur, del 13 de mayo de 1937.

[v] En “El pueblo en armas, texto publicado en La voz del combatiente, nº 23, de 23 de enero de 1937.

[vi] En el artículo “La ciudad bombardeada”.

[vii] En el artículo “La rendición de La Cabeza. El combate”. Publicado en el número 13 de Frente Sur, de 6 de mayo de 1937.

[viii] En “La rendición de La Cabeza. La rendición”. Publicado en el número 13 de Frente Sur, de 6 de mayo de 1937.

 

[ix] Tras la primera publicación en Frente Sur, el poema se incluyó en “Viento del pueblo”.

[x] Los dos primeros versos de “Canción del esposo soldado”, en “Viento del Pueblo”.

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